1) Come en un ambiente estable y tranquilo. Las condiciones en que se ingiere el alimento son tan importantes como el alimento mismo. No dividas tu atención trabajando, leyendo, escuchando la radio o mirando la televisión mientras comes. Es preferible que concentres la atención en el alimento, para percibir todos los sabores deliciosos y disfrutar de la comida.
Las personas con exceso de peso suelen devorar sin reparar en lo que comen. Es frecuente que acudan a los restaurantes de comida rápida, que tienen una atmósfera turbulenta y agitada, opuesta a lo que debe ser un ambiente saludable para comer.
2)Siéntate siempre para alimentarte. Aunque vayas a tomar un snack, o algo de fruta, tómate tiempo para sentarte a la mesa. Presta atención a lo que haces, y no te apresures. Eso contribuirá a preparar la digestión y acentuará la conciencia del alimento, el control de tu mente y tu nivel de hambre.
No comas cuando estés perturbado. Si estás inquieto o enfadado a la hora de comer, sin duda esto perturbará la digestión. Es preferible postergar la comida unos minutos, hasta que te calmes.